domingo, 13 de octubre de 2013

EL Otoño y nuestro Cuerpo




EL OTOÑO Y NUESTRO CUERPO.Marcado por el equinoccio, cuando la oscuridad de la noche iguala la luz del día.

Esta regido por el elemento metal, que en el sistema chino, son muy similares a los aspectos del aire en la astrología y a los sistemas indios de Oriente y Norteamérica.

Las energías del aire y del metal se expresan ambas en los trabajos interiores y las actividades de la mente, en el desarrollo de las ideas, la escritura y el habla.

Los pulmones y el intestino grueso son los órganos corporales relacionados con el elemento metal. 

Un catarro grave y los problemas crónicos o agudos de los pulmones pueden ser consecuencia en quienes hayan experimentado recientemente gran preocupación, dolor o pena, todas ellas emociones correspondientes al elemento metal.

El sonido característico de este elemento es el llanto, que puede ser una buena válvula de escape de la pena o el dolor.

El órgano- sentido del elemento metal es la nariz y el olfato; el sabor asociado es el picante o especiado. El liquido corporal es la mucosidad y su clima es el seco.

Cuando una persona con un desequilibrio de la energía metálica experimenta excitación o algún otro cambio, responde con tos. A un nivel simbólico, la tos resiste a todo lo indeseable y trata de expulsarlo: comunicaciones, emociones o un cambio no deseado.

La respiración implica tanto la ingestión de aire nuevo (prana) durante la inspiración como la eliminación del viejo (apana) en la expiración. La respiración es un proceso de vida y muerte. Desde la primera inspiración al llegar a la tierra, a la ultima expiración, cuando se sale de ella.

Los budistas consideran que cada inspiración da nueva vida, y cada expiración un poco de muerte: por tanto, las actitudes más profundas hacia la vida y la muerte afectan el proceso respiratorio y la salud del elemento metal del cuerpo.

Cuando vivimos en la melancolía, se tiene tendencia a dañar al elemento metal y los catarros, dolencias pulmonares y problemas digestivos.

Los tejidos del cuerpo gobernados por el elemento metal son la piel y los cabellos. Así, este elemento fortifica la piel y el cabello y su salud es, con frecuencia, reflejo de los pulmones e intestino grueso. De hecho, la piel actúa como un tercer pulmón, al ser la capa exterior que se halla en contacto con el aire.

El asma, los eccemas y las erupciones cutáneas se asocian comúnmente con los catarros y las infecciones pulmonares. Al igual que el intestino grueso, la piel es importante para la eliminación, pues ayuda al cuerpo a eliminar el exceso de desperdicios.

LOS PULMONES Y EL INTESTINO GRUESO

Los pulmones inhalan oxigeno y exhalan dióxido de carbono y, como complemento ecológico nuestro, las plantas inhalan dióxido de carbono y exhalan oxigeno. El árbol bronquial refleja la forma de sus semejantes en el ciclo completo de la respiración.

El intestino grueso tiene una longitud de 165cm. aproximadamente y recorre el borde del abdomen; se divide en ciego, que lleva conectado el apéndice, el colon ascendente, trasversal, descendente, sigmoideo y el recto. Su función principal es la absorción de agua, pero también completa la absorción de elementos nutritivos, como sodio y otros minerales, y alberga amigables bacterias que ayudan a descomponer el alimento y sintetizar vitaminas. Además, forma, almacena y elimina las heces.

El tiempo normal de tránsito, es decir, lo que tarda la comida desde la boca hasta el ano, es de 24 a 36 horas.

Las incomodidades abdominales generales y los dolores en la zona media y baja de la espalda están relacionados con la distensión del intestino grueso.

A menudo, la sensación de presión en la cabeza y los senos nasales, los dolores de cabeza, las gargantas doloridas, así como las manías, falta de energía e incluso la perdida del entusiasmo por la vida, son el resultado de la mala condición de este órgano.

El ritmo de la respiración gobierna también a los otros ciclos rítmicos del cuerpo. Su respiración mantiene en orden el ritmo de la circulación y la circulación sanguínea. También están relacionados con la energía vital o instintiva, la fuerza de la vida.

Los sentimientos inexpresados y las energías creativas bloqueadas contribuyen también a esta congestión de la cabeza y pueden debilitar la resistencia física.

La moderación es clave para el mantenimiento de la salud: los extremos tienden a crear sus opuestos. La actividad excesiva quizás requiera periodos prolongados de descanso, así como el ayuno puede hacer necesario comer luego en abundancia. Es muy importante entender los alimentos como energía, ser conscientes y estar atentos a lo que hacen y como afectan su cuerpo. Aprender a relajarse y a expresar las emociones son vitales para mantener la fluencia de la energía.

Durante esta estación es muy recomendable una desintoxicación a base de uva. Se puede beber zumo de uva durante unos 4-5 días o comer solamente uvas por el mismo periodo y hasta una semana. Esta fruta es muy desintoxicante y actúa como tónico de pulmones y el intestino grueso.

Lo ideal seria conseguir uva de algún productor orgánico o del huerto propio, de algún familiar o vecino para asegurarse que este libre de agro tóxicos.

También es recomendable la terapia colonica para mantener el elemento metal en buen estado. Esto, además de eliminar toxinas del colon, alivia la tensión del hígado, mejora la función linfática y esqueletal, alivia muchos dolores de espalda causados por la presión que ejercen los intestinos inflamados, mejora la respiración y los sentidos y limpia la piel.

La MEDITACION también es sumamente beneficiosa para equilibrar este elemento, que se relaciona con la mente.

Meditar es un modo de percibir, de ver. La conciencia se asienta y se convierte en una espectadora de la mente y la vida. El cerebro tiene dos funciones principales: pensar y sentir, que están empíricamente relacionadas con las funciones del hemisferio izquierdo y derecho respectivamente.

Un modo es activo, solar, yang, pensante, orientado al tiempo, y trata de organizar y manipular nuestro mundo; el hemisferio izquierdo es dominante, controla el lado derecho del cuerpo, es consciente, centrado en lo exterior, asociado al pensamiento lineal, la secuencia, la lógica, el lenguaje, lo racional y el análisis.

El otro es receptivo, lunar, yang, sensitivo, atemporal y percibe y entiende nuestro entorno sin juzgarlo. El hemisferio derecho es subdominante, controla el cuerpo izquierdo, es inconsciente, centrado en lo interior, asociado a las imágenes y sueños, los ciclos, la asociación, lo instintivo, la música y la síntesis.

La meditación conduce a un equilibrio donde se experimentan las dos esferas y se consigue una sensación de mayor adaptabilidad y estabilidad. Fisiológicamente, reduce la tasa respiratoria, incrementa la frecuencia de las ondas cerebrales alfa y facilita la relajación muscular.

Lo que se piensa y como se lo piensa afecta a cuanto nos rodea y a nuestra experiencia en el mundo. La polución del planeta Tierra alcanza al aire, el agua, el suelo y nuestro alimento; pero además esta la polución de la mente. Si, por ejemplo, con los medios de comunicación compramos el cuadro de destrucción y guerra, este se convierte en el límite de nuestra experiencia. No es cierto que esa guerra, ese hambre y esa destrucción sean inevitables; se basan en un desequilibrio a favor del modo activo y manipulador que implica el poder, la codicia, el miedo y un modelo mental del mundo en que la vida individual humana se considera menos importante que el ideal del sistema de vida o de creencias de un individuo o país.

Fuente: http://www.yogakai.com/4estaciones.htm

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