viernes, 31 de enero de 2014

El trigo moderno es un veneno crónico

El trigo moderno es un veneno crónico

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El Dr. William Davis no es de mis favoritos, muchas veces veo incorrecciones en lo que se refiere a la respuesta insulínica que para él siempre es exagerada y olvida que es la cantidad de hidrato de carbono la que regula esa respuesta, pero su libro y su blogWheat belly, están haciendo una gran labor para luchar contra la obesidad y con una sola recomendación tan sencilla como dejar de tomar trigo y sus derivados, quien le sigue, lee su libro y practica sus consejos, están obteniendo resultados en lo que a pérdida de peso se refiere y todos los problemas derivados de el exceso de consumo de este cereal.
En una entrevista reciente ha declarado que el trigo que consumimos hoy en día es un veneno crónico. No es el trigo que consumían nuestras abuelas sino que ha sido manipulado por la investigación genética que comenzó en los años 60 y 70 del siglo pasado. Y que ha conseguido mejoras en la producción de cereales ya que la planta es más resistente. Obviamente a la industria alimentaria no le interesa volver al grano originario, porque la cantidad de producción se limitaría.
Hace referencia en especial a la gliadina, que es otra proteína presente en el trigo y que actua como un opiaceo, y que una vez llega a los receptores cerebrales en algunas personas aumenta el apetito de manera que pueden llegar a consumirse hasta 440 calorías más al día durante los 365 días del año.
¿Cual es por tanto la solución más práctica?  Sin duda alejarnos del trigo en nuestra alimentación, con el premio de que no solo perderemos peso, también es más sencillo luchar contra la diabetes tipo 2, artritis, intestino irritable, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, depresiones, inflamación abdominal, gases, etc.
La gliadina es una glicoproteína (proteína unida a un glúcido) presente en el trigo y otros cereales del género Triticum. Gliadina y glutenina intervienen en la formación del gluten y son necesarias para que la harina se eleve durante su cocción. No solo están relacionadas con la enfermedad celíaca sino que dependiendo del tipo también afecta a las personas con anafilaxia, asma y urticaria. Hasta 2 años se tarda en conseguir no presentar antígenos con una dieta libre de gluten.
Cuando se digiere el trigo se forman exorfinas que son un  grupo de péptidos opioides. Y estas exorfinas se han relacionado enfermedades como el autismo y esquizofrenia ya que se cree que por la permeabilidad intestinal que produce el gluten, pueden llegar al cerebro y alterar las funciones cerebrales, se han realizado pruebas en niños con autismo y algunas veces (no todas) se han visto mejorías.
Sus propiedades similares a los opiaceos, aumentan el apetito en algunas personas ya que intervienen en el control de la cantidad de comida que ingerimos y la forma en la que sucede esto es similar a las adicciones. Los adictos a la comida (al trigo) se sienten bien cuando toman estos alimentos y sufren abstinencia cuando los eliminan. Exorfinas funcionan como endorfinas y relajan el sistema nervioso central, incluso durante la digestión cuando se producen péptidos gastrointestinales.
Y aunque el trigo es el alimento que más peptidos opioides contienen (gluten exorfina y gliadorfina o gluteomorfina) las espinacas (rubiscolina) y leche (casomorfina) también presentan estos peptidos, aunque en menor cantidad.
Ahora quizás entiendas porque la leche con cacao/café y galletas es un hábito tan dificil de abandonar…. no veo que suceda lo mismo con el puré de espinacas.

http://megustaestarbien.com/

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