Cuentan,que hace mucho tiempo, vivía en una zona campesina
una pareja de esposos muy ancianos, de extrema pobreza.
No habían tenido hijos y vivían solo de la caridad de la gente de la
aldea.
Cada día, salía él hacia el mercado con la esperanza de conseguir alguna
cosa para comer en la noche junto a su amor.
Su único tesoro era una vieja pipa de madera que hacía mucho tiempo que no
veía el tabaco, pero él se la colgaba en la boca para espantar un poco el hambre
del día.
Ella se sentaba a media mañana a la entrada de la choza que habitaban y
peinaba mil veces sus largas trenzas, su máximo tesoro y su orgullo. Sin
embargo, el pelo blanco y largo hacía mucho que no conocía algún peine, pues el
último que había tenido se había destrozado y ya no pudo conseguir otro. Al
ponerse el sol, él llegaba con algún paquetito de frutas que alguien le había
regalado.Así era cada día. Llegó eldía del aniversario de bodas.
Él salió como cada mañana temprano, pensando qué le regalaría a ella.Nada
tenía y su día se veía negro. Por su parte, ella se sentó en la puerta de la
casita pensando como celebrar si no había con qué.
Sin embargo, al llegar la tarde, él llegó con un pequeño paquete que le dió
con un suave beso en la frente -feliz aniversario-.Ella sacó de debajo de la
sillita un paquetito que le entregó con una gran sonrisa.Al abrir cada uno su
regalo, se miraron y sollozaron en silencio, disfrutando de el gran amor que
Dios les estaba demostrando.Ella había vendido sus trenzas y le había comprado
un atadito de tabaco para su pipa. Él había vendido su pipa y le había comprado
un hermoso par de peines para sus trenzas. Así debe ser el AMOR, solo DAR sin
compararlo con lo que nuestra pareja está dando.
Me pregunto ¿Qué habría pasado si él le hubiera regalado los peines y ella no le hubiera regalado nada (para no gastar) o, al revés, que fuera él, que se olvidó del día del aniversario, mientras que ella, sin sus trenzas, le regalara el tabaco?...
ResponderEliminarEn el cuento existe un final simétrico, que resulta estéticamente muy agradable (final feliz, como en las comedias románticas) pero que refleja más el modelo de relación "yo te doy si tú me das" que el verdadero amor. Creo que se hubiera reflejado mejor lo que es el verdadero amor con un final asimétrico, sin concesiones a ese delicado "equilibrio" que caracteriza la mayoría de las relaciones sentimentales...
"Ella es feliz viendo fumar en pipa a su atolondrado marido, mientras se ríe de su olvido"
O
"Él es feliz viendo lo guapa que está su esposa mientras peina sus trenzas y disculpa su tacañería, porque ella es como es..."
Claro, habría que tener cuidado a la hora de elegir alguno de estos dos finales para que las mentes estrechas no te tildaran de "machista" o "feminista"...
A ver qué hace el hombre ahora con el tabaco... después de haber vendido la pipa.
ResponderEliminarsiempre hay que esperar y no buscar desesperadamente el amor por que eso atraera algunos equivocado , con paciencia siempre llegara un amor bonito el cual te cambiara la vida
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