domingo, 21 de septiembre de 2014

'Superalimentos'

'Superalimentos': La cesta de la compra de las estrellas de cine de Hollywood

Como si de una religión 'new age' se tratara (y de eso en California vamos servidos) la dieta sana se ha convertido en una filosofía de vida en sí misma. Abundan los supermercados especializados en comida de cultivo ecológico, las cafeterías y restaurantes que solo sirven comida orgánica, los bares de zumos y otros brebajes supuestamente milagrosos...

Pero lo más alarmante de todo es cuando tus amigos en vez de sugerirte un bar para probar el mejor pintxo de la zona (obviamente estoy delirando de pura nostalgia gastronómica...) te hablan de ese increíble zumo verde que probaron el otro día, de las algas del deli chino que compran debajo de casa o del increíble poder nutritivo de la quinoa.
Son víctimas de la última fiebre dietética: los 'superfoods' o 'superalimentos'. Suena grandilocuente, 'cool' y saludabe, pero el término no es más que una marca parida por el todopoderoso dios del marketing para referirse a los alimentos sanos de toda la vida. 
Entonces, ¿qué son exactamente los 'superfoods'? Dícese de alimentos muy nutritivos, con pocas calorías y a poder ser nada de grasa, que tienen al menos un par de beneficios constatables para la salud. Preferiblemente, tienen que estar de moda y sonar extremadamente exóticos. Porque no es lo mismo decir que te gusta hincharte a arándanos (superfood de pedigrí por ser antioxidante y por mantener a raya el colesterol, las infecciones del tracto urinario o disminuir el riesgo de padecer diabetes) que contar a tus íntimos que a ti lo que te gustan son las 'goji-berries', unas bayas del Himalaya que tienen más vitamina C que la mismísima naranja. Se le atribuyen, sin demasiado dato científico que apoye la causa por cierto, que tienen efectos positivos en el tratamiento de la diabetes, la hipertensión, el tratamiento contra la malaria y hasta la prevención del cáncer. Consiguientemente, cuestan un riñón. 
Igualmente famosas son las 'acai-berries', una especie de uva originaria de los bosques tropicales de Sudamérica, que también está de moda y que Matthew McConaughey engulle en zumos o mezclado, como no, con granola.
Los 'superfoods' se cuentan por decenas y en la lista hay alimentos sanos de toda la vida, como el brocoli, las almendras, las nueces, el aguacate, la remolacha, el té verde, las espinacas, las coles de bruselas, el chocolate negro (¡yeah!) o la remolacha. Pero, obviamente, estos no están de moda. Demasiado de andar por casa.
Tienen que sonar éxoticos y 'trendies' para llamar la atención de las estrellas. Las semillas de chía, consideradas un alimento sagrado por los mayas y los aztecas, son ricas en antioxidantes y ácidos grasos omega 3. Orlando Bloom, Miranda Kerr, Alicia Silverstone y la propia Oprah las comen a dos carrillos. Luego, está la quinoa, un cereal que se puede comer del desayuno a la cena, mezclado en ensalada, sopas, guisos y hasta en postres. A Jennifer Aniston le encanta. Las algas marinas, ricas en vitaminas C, D y calcio, son el 'superfood' que Victoria Beckham utiliza para mantener la línea. 
Pero, sin duda, la madre de todos los 'superfoods' es el kale. Me ha costado encontrar su traducción al español, pero parece que la adecuada es la col rizada. Con vitaminas y minerales para parar un tren, al kale –que tiene muy pocas calorías y nada de grasa– se le atribuyen efectos beneficiosos para combatir las infecciones y las inflamaciones, controlar el colesterol y prevenir el riesgo de cáncer. Se come, sobre todo, en ensaladas, aunque también es parte del ya archifamoso zumo verde. Tiene tantos adeptos, que podrían fundar una religión. Serían miembros de honor Gwyneth Paltrow, Jennifer Aniston o Julia Roberts.
Reconozco que en mi casa se compra kale. Yo no soy muy fan, porque es una verdura dura para el paladar. Con decir que hay que masajearla antes de comerla en ensalada, os lo digo todo. Eso sí, las kale chips me las como pipas. La receta es sencilla: se lava, se corta y se seca el kale, se pone en una bandeja de horno, se añade sal y un buen chorro de aceite. Se hornea durante 20 minutos a 140º. Si estás a dieta, es un buen sustitutivo de las palomitas de maiz... Como veis ni yo, una escéptica militante, me resisto a los encantos de las 'superfoods'. Somos todos víctimas de terrible propaganda... 
http://www.mujerhoy.com/

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