Para que una persona pueda desarrollar su potencial
espiritual, es necesario que tome conciencia que los principios de la
espiritualidad descansan sobre 4 pilares:
1) Auto-conciencia:
Las situaciones que suceden a diario en nuestras vidas nos
obligan a dar una respuesta inmediata y en muchas ocasiones reaccionamos de
forma instintiva o mecánica, movidos por ciertos hábitos o patrones de conducta
adquiridos a partir de nuestra experiencia y generalmente no somos conscientes
de cómo estamos respondiendo ya que nos movemos por automatismos.
Debemos tomar conciencia de la calidad de nuestros pensamientos, palabras y acciones y aprender a elegir conscientemente nuestra respuesta a cada situación. No importa lo que esté sucediendo en el exterior, no importa como se comporten los demás, hemos de ir más allá de cualquier influencia externa, eligiendo la respuesta más positiva y beneficiosa para cada situación.
El proceso de auto-observación y toma de conciencia nos ayuda a no reaccionar de forma automática y aprender sobre nosotros mismos. De esta manera creamos un tipo de respuesta distinta al habitual, hacemos nuevas elecciones en nuestro interior, elecciones que crearan resultados distintos en nuestras relaciones.
Debemos tomar conciencia de la calidad de nuestros pensamientos, palabras y acciones y aprender a elegir conscientemente nuestra respuesta a cada situación. No importa lo que esté sucediendo en el exterior, no importa como se comporten los demás, hemos de ir más allá de cualquier influencia externa, eligiendo la respuesta más positiva y beneficiosa para cada situación.
El proceso de auto-observación y toma de conciencia nos ayuda a no reaccionar de forma automática y aprender sobre nosotros mismos. De esta manera creamos un tipo de respuesta distinta al habitual, hacemos nuevas elecciones en nuestro interior, elecciones que crearan resultados distintos en nuestras relaciones.
2) Auto-respeto:
Un sentido positivo de identidad, es el resultado de una
auto-imagen positiva, lo cual nos lleva al auto-respeto. Auto-respeto se podría
definir como los buenos sentimientos que tenemos hacia nosotros mismos o el amor
hacia uno mismo.
El auto-respeto crea estabilidad emocional y nos libera de la
dependencia o inseguridad. Si tenemos auto-respeto hay una inclinación natural
de dar respeto a los demás, lo que hace más fácil dar, tolerar y perdonar.
A través de la espiritualidad y el conocimiento de nuestro ser
verdadero aprendemos a reconocer nuestras virtudes y cualidades, y vamos
desarrollando un sentido de identidad basado en ese conocimiento y valoración de
nosotros mismos. Posibilitando crear sentimientos de auto-respeto y sentimientos
de ser únicos y especiales, lo que nos permitirá a su vez permanecer en nuestra
propia paz interior.
3) Auto-confianza:
La confianza en si mismo es el resultado del conocimiento del
ser interior y de mantenerse en un estado de auto-respeto. Es la expresión
exterior de ese estado de conciencia elevado. Con la autoestima creo en mi
mismo. Al tener fe en las capacidades aumento mi fuerza interior y la
flexibilidad para adaptarme a diferentes personas y situaciones.
El conocimiento del ser interior devuelve la confianza en si
mismo. Al conectar con las cualidades intrínsecas de paz, amor, verdad,
sabiduría, poder y felicidad la espiritualidad empieza a expresarse en la vida,
en las relaciones. No sientes que tengas que protegerte del entorno o de los
demás, ya que ya no actúas en base al ego o falso yo, sino que expresas y
compartes con el mundo las cualidades del verdadero yo.
Cuando crees en ti mismo, desarrollas de forma automática fe en
tu capacidad para superar los miedos, sentimientos de culpabilidad y otras
emociones negativas.
4) Servicio :
La espiritualidad nos ayuda a tomar conciencia de la ley de
causa-efecto. De la acción y la reacción, y por tanto que lo que piensas, dices
y haces más tarde o temprano retornará hacia ti.
Aquello que nosotros queremos de los demás debemos darlo primero. A nivel espiritual en el dar se encuentra implícito el recibir, siempre y cuando sea incondicional, o sea, no esperéis ningún retorno por aquello que dais. Aquello que nosotros queremos de los demás, nosotros debemos darlo primero. Todo lo dicho se resumiría en dos frases: “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan” y “Da a los demás lo que quieres recibir de ellos”. La espiritualidad nos ayuda a descubrir nuestros valores espirituales, y a partir de ahí empezamos a vivir de adentro hacia fuera. Nuestras motivaciones en la relaciones cambian. El lugar de solo tomar de los demás, pensamos más en dar y compartir. Terminan las expectativas y deseos. Se acepta a los demás tal cual son, sin intentar cambiarlos ni controlarlos.
Aquello que nosotros queremos de los demás debemos darlo primero. A nivel espiritual en el dar se encuentra implícito el recibir, siempre y cuando sea incondicional, o sea, no esperéis ningún retorno por aquello que dais. Aquello que nosotros queremos de los demás, nosotros debemos darlo primero. Todo lo dicho se resumiría en dos frases: “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan” y “Da a los demás lo que quieres recibir de ellos”. La espiritualidad nos ayuda a descubrir nuestros valores espirituales, y a partir de ahí empezamos a vivir de adentro hacia fuera. Nuestras motivaciones en la relaciones cambian. El lugar de solo tomar de los demás, pensamos más en dar y compartir. Terminan las expectativas y deseos. Se acepta a los demás tal cual son, sin intentar cambiarlos ni controlarlos.
La verdadera espiritualidad es aquella que nos hace conscientes
de nuestra verdadera identidad y nuestras cualidades originales. A menudo el ser
humano se ha quedado atrapado en una visión limitada de si mismo, apegándose al
mundo de la materia y los sentidos, y alejándose de su ser interior.
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